CONVOCATORIA PARA LA PREPARACIÓN Y FORMACIÓN DE LOS/LAS HERMANOS/NAS DE LA HERMANDAD DE LAS AGUAS PARA RECIBIR EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

Una vez terminados el tiempo santo de la Cuaresma, que culminó con la celebración solemne de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo nuestro Salvador, y dentro de este tiempo en que durante 50 días prolongamos felizmente la celebración Pascual hasta la Venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés, creemos que es el momento propicio para dar comienzo a nuestro nuevo curso de preparación y formación de los/las hermanos/as que deseen recibir el Sacramento de Confirmación, como un paso importante y decisivo en sus vidas. Es por eso que  quisiera explicar brevemente su significado.

Sabemos que por el bautismo (primer sacramento de iniciación) fuimos introducidos en la Vida de Dios al identificarnos con Cristo. Cuando aún éramos pequeños recibimos, por el Agua y el Espíritu Santo, la filiación de hijos de Dios y podemos llamar a Dios, como  lo hizo Jesús, “Padre”. “Y vosotros no habéis recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abbá!, es decir, ¡Padre! El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios” Rm 8,15-16. Desde ese momento en nuestra vida hubo un cambio profundo, en la raíz misma de nuestro ser, que nos marcó para siempre.  “¿No sabéis vosotros que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva” Rom 6,3.

El Bautismo es la semilla que está llamada a crecer, a desarrollarse en nosotros como la vida misma. De lo que no nos dimos cuenta siendo pequeños, tenemos que ratificarlo y hacerlo nuestro por una decisión personal de querer asumir nuestro compromiso cristiano. Y es aquí donde interviene el Sacramento de la Confirmación (segundo sacramento de iniciación) que da plenitud a nuestro bautismo y confirma en nosotros nuestro ser cristiano, dándole un verdadero carácter de implicación personal por nuestra parte. De ahí su importancia.

La Confirmación es la efusión especial del Espíritu Santo, como fue concedida en otro tiempo a los Apóstoles el día de Pentecostés. Por este hecho, la Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal: Nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir “Abbá, Padre”; nos une más firmemente a Cristo; aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo; hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia (cf LG 11) y, por todo ello, nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para contribuir a la formación de la comunidad cristiana, para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la cruz.

«Recuerda, pues, que has recibido el signo espiritual, el Espíritu de sabiduría e inteligencia, el Espíritu de consejo y de fortaleza, el Espíritu de conocimiento y de piedad, el Espíritu de temor santo, y guarda lo que has recibido. Dios Padre te ha marcado con su signo, Cristo Señor te ha confirmado y ha puesto en tu corazón la prenda del Espíritu» (San Ambrosio, De mysteriis 7,42).

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Dada la importancia y necesidad de este Sacramento de la Confirmación en nuestras vidas, necesitamos prepararnos y formarnos en él dentro de nuestra Hermandad. Para llevarlo a cabo:

LOS INTERESADOS DEBEN TENER EN CUENTA LO SIGUIENTE:

Hdad. de las Aguas - c/. Dos de Mayo,1 - 41001 Sevilla. Hostgator coupons - Todos los Derechos Reservados.